Transparencia Venezuela, 24 de febrero de 2022.- Como si el hecho de que desde instancias como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) o la Misión Internacional Independiente de Determinación de Hechos de Naciones Unidas lo consideren un apéndice del Gobierno de Nicolás Maduro y cómplice de las violaciones a los Derechos Humanos en Venezuela no fuera suficientemente grave, ahora el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) es cuestionado por citar un texto antisemita en un fallo.
El despropósito lo cometió la Sala Civil del TSJ al dictar su sentencia AVO.000033, en la cual resolvió una solicitud para avocarse a revisar un pleito que el ciudadano Calogero Alaimo Mancuso interpuso contra el Instituto Oncológico Integral La Sagrada Familia y el Centro Clínico Universitario La Sagrada Familia, ambos ubicados en el estado Zulia. En dicho dictamen, que fue redactado por el presidente de la Sala Civil, magistrado Yván Darío Bastardo, se cita un pasaje de “Los Protocolos de los Sabios de Sión”.
¿Cuál fue el extracto citado?
El siguiente:
“El foro crea hombres fríos, crueles, tercos, sin principios, que se colocan en todas las ocasiones en un terreno impersonal, puramente legal. Están acostumbrados a dirigir sus esfuerzos en provecho de la defensa, y no del bien social. Generalmente no rechazan ninguna defensa, y tratan de obtener la absolución de sus defendidos a toda costa, aprovechándose de las sutilezas de la jurisprudencia; y de ese modo desmoralizan al tribunal.
Por eso, permitiendo a esta profesión desarrollarse solamente en límites muy estrechos, haremos de sus miembros funcionarios ejecutores de la ley.
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Los abogados se verán privados, así como los jueces, del derecho de comunicarse con sus clientes. Recibirán las causas del tribunal, las analizarán según las memorias y los documentos de los datos judiciales y defenderán a sus clientes según el interrogatorio del tribunal, una vez esclarecidos los hechos, y cobrarán sus honorarios independientemente del éxito de la defensa. De este modo tendremos una defensa honrada e imparcial, guida, no por el interés, sino por la convicción.
Suprimirá, entre otras cosas, la corrupción actual de los asesores, que ya no consentirán que gane el pleito solamente quien paga”.
¿Por qué de la cita del texto antisemita en el fallo?
Por lo que se desprende del fallo, en el cual se apercibió “severamente” a los abogados del accionante, por mentir sobre la residencia de su cliente, el propósito era dejar en claro que los profesionales del Derecho no pueden incurrir en este tipo de argucias para ganar un caso.
¿Y cuál es el problema? ¿Por qué el señalamiento de antisemitismo?
“Los Protocolos de los Sabios de Sión”, fue un texto antisemitita que apareció en la Rusia zarista en 1902 y en el cual supuestamente se revelaban detalles de una conspiración judeo-masónica, que buscaba controlar el mundo.
El panfleto, cuya autoría algunos historiadores atribuyen al jefe de la Ojrana, la policía secreta zarista, fue utilizado para responsabilizar a los judíos rusos de las derrotas que el Ejército imperial sufría en la Primera Guerra Mundial en sus batallas frente a las fuerzas alemanas; y para justificar e incluso alentar los linchamientos que miembros de este colectivo sufrían a manos de sus compatriotas.
Los juristas del horror
La Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela (CAIV), en una carta dirigida al magistrado Yván Darío Bastardo, expresó su “alarma”, porque el TSJ cite en uno de sus dictámenes un texto antisemita que fue utilizado posteriormente por el régimen nazi para adoctrinar a su población, en la creencia de la inferioridad de los judíos, algo que la postre serviría para poner en marcha el exterminio de esta comunidad en Europa.
Y, por último, exhortaron al funcionario para que tome medidas para que “ningún tribunal de la República del grado o nivel que sea y mucho menos en algunas de las Salas de la máxima instancia judicial (…) utilicen el referido texto antisemita o extraigan ideas del mismo, a los fines de proteger los valores superiores de nuestro ordenamiento jurídico, tal cual lo establece la Constitución”.
No obstante, esta no es la primera vez que el TSJ hace algo parecido.
Así, en 2012, el ahora vicepresidente de la Sala Constitucional del TSJ, Arcadio Delgado Rosales, se declaró partidario de la concepción del “Estado total” y defendió las tesis del jurista alemán Carl Schmitt, a quien la inmensa mayoría de los estudiosos del derecho incluyen dentro de los “juristas del horror” por haber sido uno de quienes justificó las barbaridades cometidas por el régimen nazi.
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“Nuestra concepción del Estado en sentido amplio es, efectivamente, la del Estado total”, aseveró Delgado durante su discurso de orden en el acto que marcó el inicio de las actividades judiciales ese año.
Asimismo, rechazó “la escisión de la totalidad social (sociedad civil/sociedad militar; sociedad civil/sociedad política) y, en consecuencia, la pretendida división entre actores e interacciones sociales al interior del sistema político y los actores e interacciones al ‘exterior’ del mismo”, pues, según él, “todos los ciudadanos y demás integrantes del cuerpo social están dentro del Estado y, como tales, son actores sociales y, potencialmente, políticos”.
Pese a que en 1933 Schmitt advirtió sobre los riesgos que implicaba el ascenso al poder de Adolfo Hitler, un año después terminó afiliándose al Partido Nazi y defendiendo sus tropelías, recordó el profesor mexicano Jesús Silva-Herzog, en un artículo publicado en 2003.
Schmitt, por ejemplo, abogó por sustituir ese principio fundamental que rige al derecho penal, según el cual ningún delito puede ser castigado sin que haya una ley previa que lo establezca, por otro según el cual ningún crimen podría quedar sin castigo.