Transparencia Venezuela, 26 de junio de 2024. Los caraqueños están en riesgo de perder un espacio más para la cultura, el entretenimiento y la difusión de la historia. El Museo del Transporte de Caracas “Guillermo José Schael” deberá abandonar los terrenos que ocupa desde hace más de cuatro décadas en las cercanías del Parque del Este, pues así de lo ordenó el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).
La decisión la adoptó la Sala Político Administrativa, en su sentencia número 414 del 20 de junio de 2024, en la cual declaró “con lugar” la demanda por resolución de contrato de comodato que el Ministerio de Ecosocialismo (antes del Ambiente) interpuso en 2010 contra la Fundación que administra el centro, para conseguir que le devolvieran el espacio donde éste venía operando el museo desde 1980.
“Desde el año 2010 la parte actora ha demandado la resolución del contrato de comodato, lo cual denota su voluntad de poner fin al mismo, de manera que bajo ningún concepto podría considerarse que hubo renovación tácita alguna del citado contrato, por falta de manifestación contraria de la República al momento de su vencimiento (en el año 2018), dado que se insiste, desde el año 2010 se le viene reclamando la restitución del bien a la accionada”, se lee en el dictamen redactado por el presidente de la Sala Político Administrativa, magistrado Malaquías Gil.
El Museo del Transporte de Caracas habría violado el contrato de comodato
La Sala Político Administrativa dio por buenos los argumentos del Ministerio de Ecosocialismo según los cuales el Museo del Transporte de Caracas violó las condiciones del contrato de comodato, porque subarrendó parte del terreno a otras personas naturales y jurídicas, sin su notificación.
El organismo estatal denunció que algunas de esas personas que alquilaban parte del terreno realizaban “todo tipo de eventos festivos que implican una alta rotación de personas e ingesta de bebidas alcohólicas”.
Los representantes del museo admitieron que han venido subarrendando parte de los terrenos a una empresa de transportes (Peliexpress), así como a otras firmas y personas con la finalidad de obtener fondos que les permitan asegurar sus operaciones.
Esta posibilidad estaba prevista en la cláusula 9 del contrato suscrito con el despacho gubernamental.
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Y sobre la colección de transporte no dijo nada el TSJ
El TSJ, en su dictamen, no aclara cuándo deberá producirse la entrega del terreno y tampoco menciona nada sobre lo que ocurrirá con la extensa colección de autos, trenes y aviones que la institución privada ha ido construyendo desde su fundación en 1970. Así como qué pasará con las maquetas y modelos de aviones y embarcaciones o con el material hemerográfico que guarda el museo en su biblioteca.
En el Museo del Transporte de Caracas se guarda un vehículo Oldsmobile de 1961 que fue utilizado por varios presidentes de Venezuela y en el cual se paseó el general francés Charles de Gaulle en su visita al país en 1964.
También hay uno de los primeros simuladores de vuelo que utilizó la extinta Venezolana Internacional de Aviación (Viasa) para entrenar a sus pilotos, así como vagones del Metro de Caracas o de los trenes a vapor que alguna vez recorrieron el país.
Un DC3 y un Skyvan que utilizó el Instituto Postal Telegráfico (Ipostel) para repartir el correo también son exhibidos en el Museo del Transporte de Caracas.
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No es el primer caso de ataque contra la cultura en Venezuela
Esta no es la primera vez que las autoridades gubernamentales arremeten contra una institución cultural.
En 2009 el Ateneo de Caracas corrió una suerte similar, cuando el Ministerio de la Cultura ordenó a la institución – fundada en 1931 por intelectuales como María Teresa Castillo, el escritor y presidente Rómulo Gallegos, el músico Vicente Emilio Sojo, entre otros- abandonar el edificio en el cual operaba desde 1983.
La estructura construida por el desaparecido Centro Simón Bolívar (CSB) también fue cedida por las autoridades al Ateneo para impulsar las artes, pero bajo las acusaciones de mercantilismo el Gobierno del fallecido Hugo Chávez se hizo con el inmueble y allí instaló la llamada Universidad de las Artes.
Las salas de la antigua sede del Ateneo de Caracas acogieron durante mucho tiempo ruedas de prensa, foros y conferencias en los que se critica la gestión del llamado chavismo.