Transparencia Venezuela, 26 de agosto de 2021.- El enésimo diálogo que el Gobierno y la oposición venezolana han iniciado en México debe ser “serio, amplio e inclusivo” y debe tener como objetivo “la reconstrucción de la institucionalidad democrática”. Así lo afirmó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), instancia que se mostró dispuesta a acompañar este proceso y también a brindar “asistencia técnica” para que la ejecución de los posibles acuerdos se ajuste al respeto de los Derechos Humanos.
“La Comisión se pone a disposición de las partes para acompañar la negociación, así como brindar asistencia técnica para la implementación de los compromisos alcanzados, incorporando un enfoque de derechos humanos”. Así se expresa en el comunicado que el organismo adscrito a la Organización de Estados Americanos (OEA) difundió el 23 de agosto de 2021 y en el cual hace su oferta.
Tras saludar este nuevo intento por tratar de hallar una salida a la crisis política, económica y humanitaria que afronta Venezuela, la instancia reiteró que la situación “sin precedentes” en la que se encuentra Venezuela se debe “una profunda crisis de institucionalidad democrática, que tiene sus raíces en la injerencia del Poder Ejecutivo en los otros poderes públicos y que ha derivado en la ausencia del Estado de derecho”. “Esta circunstancia ha facilitado la comisión de graves violaciones de derechos humanos contra las personas que hacen público su disenso con el Gobierno, así como el deterioro de las condiciones de vida de la población en general, responsable por la migración forzada de al menos 5,6 millones de personas desde 2015”, se apunta en el comunicado.
La CIDH asegura que dará seguimiento a las negociaciones y afirmó que los problemas que afronta Venezuela exigen que el proceso esté dirigido a “reestablecer la institucionalidad democrática, promoviendo la real, efectiva y práctica independencia de los poderes públicos y la consolidación de un sistema de pesos y contrapesos”.
Por último, exigió que las personas que estén involucradas en los diálogos no sufran represalias de cualquier naturaleza como consecuencia de esta labor para garantizar “la seriedad, transparencia y respeto” del proceso de negociación.
Hasta el momento la oferta de la CIDH no ha sido respondida por las autoridades, lo cual refuerza los temores de que este nuevo intento de diálogo no rinda frutos y termine como los realizados a finales de 2017 en República Dominicana o la negociación iniciada tras la ola de protestas que sacudió a Venezuela en 2014, que incluso contó con la participación del Vaticano.