Transparencia Venezuela, 26 de abril de 2023.- El ejercicio de ciertos derechos básicos en cualquier democracia civilizada tiene un costo elevado en la Venezuela actual. Así lo han denunciado organismos internacionales como la Misión Internacional Independiente de Verificación de Hechos para Venezuela de Naciones Unidas o la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI), que han constatado como en los últimos años cientos, sino miles de ciudadanos han sido apresados, procesados y, no en pocos casos torturados, por el simple hecho de expresarse, protestar o denunciar corrupción.
Un caso emblemático de lo que puede suponer ejercer la llamada contraloría social es el de los exgerentes de Operaciones de Crudo y de Operaciones Especialidades de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), Aryenis Torrealba y Alfredo Chirinos, respectivamente.
Ellos en 2020 fueron detenidos por agentes de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DCGIM), bajo el señalamiento de filtrar información sensible de Pdvsa y de ser espías de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés).
¿Agentes de la CIA en Pdvsa?
El Ministerio Público acusó a los entonces funcionarios de Pdvsa, Aryenis Torrealba y Alfredo Chirinos, quienes son pareja, por el delito de reserva de divulgación o suministros de datos o información, previsto en el artículo 55 de la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación
En 2021 el Tribunal 8 de Juicio de Caracas los condenó a pasar 5 años tras las rejas. Sin embargo, el pasado 5 de abril fueron excarcelados, luego de un tribunal de Ejecución decretara la “extinción de la pena”, cuando aún les restaba dos años de su condena.
Los señalados, por su parte, no solo han negado ser espías de la CIA, sino que aseguraron ser simpatizantes del chavismo, que estaban preocupados por las irregularidades que venían observando EN Pdvsa y que su intención fue alertar de las mismas a las autoridades.
“Desde 2017 (en Pdvsa) empezaron a crear un esquema de empresas de maletín (…) y a ellas (los directivos de la petrolera) les daban los contratos y como no tenían ningún sustento económico por detrás por supuesto comenzaban a fallar con los pagos (…) y como no pagaban no podíamos cargar los buques (de crudo y otros productos), nuestros centros de almacenamiento y eso afecta la producción (…) comenzamos a elevar a todas las instancias de Pdvsa esto y los jefes nos ordenaron que cargáramos los buques sin pagar y que pagaran luego”, explicó el exgerente de Pdvsa Alfredo Chirinos, durante una entrevista.
“Nosotros denunciamos esto (internamente) y cuando vimos que esos informes no llegaban a nada decidimos ir a ciertos entes (…) En el Ministerio Público nos recibieron cinco veces, pero en 2018 nos dejaron de recibir”, narró Chirinos.
Agregó: “Pido disculpas al pueblo venezolano por no habernos dado cuenta antes que las instituciones a las que estábamos acudiendo a denunciar eran cómplices de esas mafias”.
Lo denunciado por Chirinos se asemeja mucho a las actuaciones que la llamada trama Pdvsa-Cripto, desarticulada el pasado 17 de marzo, de acuerdo con lo informado públicamente por las autoridades.
“Hugbel Rafael Roa Calucchi, usaba su condición de diputado para gestionar la asignación de contratos de carga de crudo a operadores que luego no pagaban”, afirmó el fiscal general impuesto por la extinta Constituyente, Tarek William Saab, el pasado 25 de marzo.
Arrepentido de creer en la justicia chavista
El exgerente de Operaciones Especialidades de Petróleos de Venezuela, Alfredo Chirinos en su entrevista no dudó en admitir que haber sabido lo que esperaba habría actuado de manera distinta. “Haber creído en las instituciones del Estado para llevar nuestras denuncias fue error”, sentenció.
¿Por qué? “A mí (los agentes del Dgcim que me detuvieron) me quemaron la cara, me reventaron las costillas a patadas y sabes en lo que pensaba en ese momento: Pensaba en todos los amigos con los que discutí diciendo que la tortura en este proceso se había acabado (…) el día que me presentaron la jueza (Carol Padilla) le mostré los golpes me dijo que eso no importaba”.
El exgerente de Pdvsa admitió que su caso sirvió para inhibir a otros trabajadores petroleros de formular denuncias o poner reparos frente a situaciones irregulares.
“Hay gente que juzga diciendo: ¿cómo los trabajadores de Pdvsa no denunciaron la corrupción (antes)? Como la van a denunciar, si dos que la denunciaron en 2020 terminaron presos y torturados en las celdas del Dcgim”, replicó.
Para Saab sí eran espías en Pdvsa
Pese a que el paso del tiempo parece haberle dado la razón a Alfredo Chirinos y a Aryenis Torrealba las autoridades venezolanas mantienen su postura de ellos eran unos espías de la CIA.
Así lo dejó en claro Tarek William Saab, quien en un comunicado reiteró que los exgerentes de Pdvsa están de vuelta en las calles porque ya cumplieron su condena y solo por eso.
“Alfredo Chirinos y Aryenis Torrealba actuaron como agentes al servicio de potencia extranjera en contra de los intereses de la patria”, se lee en el escrito del Ministerio Público, el cual prosigue diciendo que “es falso que la libertad que obtuvieron es por ser inocentes; sino por el contrario los mismos obtuvieron una sentencia condenatoria de carácter definitivo y en realidad la libertad otorgada fue por el cumplimiento de pena”.
Asimismo, Saab aseguró que en su despacho no reposa ninguna denuncia formulada por los exgerentes de Pdvsa.
Al menos 63 funcionarios de Pdvsa han sido detenidos por denunciar
Alfredo Chirinos y Aryenis Torrealba no son los únicos trabajadores petroleros que han terminado tras las rejas por formular denuncias. Desde 2019 otros 63 trabajadores de Pdvsa han terminado tras las rejas de acuerdo con el Comité de Familiares y Amigos que los representa.
Entre los detenidos figuran Guillermo Zárraga, quien en 2020 fue detenido luego de hacer pública una explicación referente a la explosión ocurrida en la refinería de Cardón (Falcón), desmintiéndo la versión ofrecida por el entonces ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, de un supuesto ataque terrorista con misil.
Alfredo Chirinos abogó por la constitución de un sistema de contraloría que le de participación a los trabajadores “para que hagamos contraloría sin temor”.
Los casos narrados corroboran que el poeta griego Sófocles tenía razón cuando aseguraba: “Nadie ama al mensajero que trae malas noticias”.