El pueblo opina que la división de poderes es débil o inexistente en Venezuela. Sabe que el Poder Ejecutivo influye en los otros y que la competencia electoral es desigual porque el gobierno tiene ventajas, sin embargo cree en el sufragio
Caracas 6 de mayo de 2017. La sociedad venezolana ha hecho del voto parte de su vida, lo empotró en su cotidianidad, lo hizo suyo porque cree en él y lo considera la respuesta al abuso de poder. En su experiencia, es lo que hace que las cosas cambien aunque no ocurra así. Sin embargo, los sectores “populares” tienen una mejor apreciación del Consejo Nacional Electoral y de la eficacia del voto, que los sectores “boyantes”.
Lo anterior forma parte de los hallazgos obtenidos por Ricardo Sucre Heredia, politólogo y comunicador, en un estudio de opinión pública cuyos resultados plasma en un ensayo incluido en el libro Muchas instituciones, un jefe, recientemente editado por Transparencia Venezuela.
En el bautizo del libro, el autor señaló que en su trabajo intentó responder a dos interrogantes ¿Cómo impacta la falta de independencia de los poderes en la participación electoral, y la participación política en general? Por ejemplo, si quiero votar ¿Cómo influye esa no división de poderes?
El público opinó que la división de poderes es débil o inexistente en Venezuela. Sabe que hay poderes –el Poder Ejecutivo- que influyen en los otros. Además, asumen que la competencia electoral es desigual, caracterizada por ventajas a favor del gobierno.
Sucre Heredia aseguró que la opinión pública venezolana valora el poder del voto para transformar las cosas. “En un estudio realizado en marzo de 2016, 98,2% expresó que el voto es importante para mantener la democracia; 97,6% dijo que con el voto se logra el bienestar del pueblo; 96% manifestó que el sufragio permite que el país progrese, y 95,5% opinó que con él se alcanzan los cambios que el país necesita”.
Se presumiría que si los poderes se perciben no autónomos, la evaluación del voto sería negativa, pero no ocurre así, aclaró. “A pesar de la valoración negativa que hay hacia el Poder Electoral, la gente cree en el voto, lo aprecia como instrumento para cambiar las cosas”, sostuvo Sucre Heredia.
Otro hallazgo sobre este impacto es que la no división de poderes se vive desde el conformismo, en una suerte de “falsa conciencia” en el sentido de creer que el sufragio cambia las cosas, aunque no ocurre. Asimismo, se encontró que el voto es considerado por el público como una forma o símbolo de protesta, tal vez el más importante.
El politólogo señaló que el venezolano vive la no independencia de poderes de forma pragmática, –el voto para cambiar las cosas- aunque desea normativas que realmente se den en los hechos para el ejercicio de una democracia plena.
Incluyó el vector clase social para acercarse a la percepción en el día a día de la dupla división de poderes-voto y encontró que 4 de cada 10 personas de la clase D, piensan que los poderes son independientes. Mientras que en las clases AB, la proporción es cerca de 2 de cada 10, según el estudio Croes, Gutiérrez, y asociados/IVAD, diciembre 2016.
A medida que se asciende en la clase social, las críticas hacia el Poder Electoral son mayores. En la clase D, 1 de cada 3 tiene una opinión favorable acerca del poder electoral en diferentes tópicos, y cerca de 5 de cada 10, albergan una opinión crítica, mientras que en la clase C son 6 de cada 10, y en las clases AB, 7 de cada 10 los que manifestaron una opinión crítica hacia el Poder Electoral
Muchas instituciones, un jefe ofrece múltiples visiones de expertos sobre la afectación de la falta de independencia de los poderes en distintos ámbitos de la vida en sociedad. Desarrollan otros ensayos que componen este libro: Ramón Piñango, José Ignacio Hernández, Yorelis Acosta, Francisco Martínez Montero, Arturo Peraza, Maruja Dagnino, Francine Jâcome, Roberto Briceño León, Asdrúbal Oliveros, Isabel Pereira, Dafne Gil, Andrew Mac Devitt y Mercedes De Freitas.