Antes de conquistar la cúspide del Poder Judicial, Maikel Moreno se sentó en el banquillo de los acusados. Y más que eso. El presidente de la Sala Penal estuvo preso por el asesinato del ciudadano Rubén Gil Márquez, quien cayó en medio de un tiroteo ocurrido en el centro de Caracas en 1989.
Moreno se desempeñaba como oficial de la extinta Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip), cuando se vio involucrado en el suceso que acabó con la vida de Gil Márquez. De acuerdo con distintos reportes de prensa, el hoy magistrado apenas pasó un año en prisión, pues habría recibido beneficios procesales que le permitieron volver a las calles en 1990.
Pero ese no es el único hecho de sangre que salpica a Moreno. Ni siquiera sería el primero.
La periodista Francia Sánchez publicó en el sitio Caraotadigital.net que “en 1987 fue acusado como responsable por el homicidio de un joven en Ciudad Bolívar. Él (Moreno) junto a dos funcionarios (de la Disip) purgaron prisión, pero logró salir en libertad poco tiempo después”.
Es decir, que sobre el primer vicepresidente del Tribunal Supremo de Justicia pesan dos expedientes por homicidio. Además, el exmagistrado Luis Velásquez Alvaray lo acusó en 2006 de formar parte de la llamada “banda de Los Enanos”, un grupo supuestamente conformado por jueces, fiscales y abogados con vinculaciones políticas que corrompían el sistema judicial venezolano.
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