Transparencia Venezuela, 3 de septiembre 2018. – El dominio que tienen los militares sobre áreas que van más allá de la seguridad y defensa en Venezuela ha llegado a tal nivel, que las sanciones emitidas por varios países contra al menos tres decenas de altos jerarcas castrenses no afectan su permanencia en la estructura de poder del chavismo.
Al analizar el tema, el director del Centro Latinoamericano de Estudios de Seguridad de la Universidad Simón Bolívar, Luis Alberto Buttó, sostiene que los militares van a “seguir administrando la República” porque la autodenominada “Revolución Bolivariana” es un proyecto “pretoriano”, que se basa en la intervención de los uniformados en política, pues ellos se consideran “la élite mejor formada para dirigir los destinos nacionales”.
Por la emergencia humanitaria en Venezuela 42 países del mundo han emitido sanciones que, a mediados de 2018, ya alcanzan a 100 funcionarios de alto perfil, de los cuales 33 son militares de rangos superiores.
Buttó afirmó que se ha instaurado un “Estado cuartel” y que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) “se ha convertido en una corporación económica”. Agregó que es una estructura que no se vería afectada por las sanciones internacionales, ni siquiera ante una eventual transición o cambio de gobierno.
La influencia militar se analiza en el Informe de Corrupción 2017 elaborado por Transparencia Venezuela, en el capítulo titulado “La Fuerza Armada venezolana tiene luz propia en la corrupción”, en el que se revela que al Ministerio de la Defensa están adscritas instituciones que manejan fondos e inversiones sociales y financieras, un banco, una aseguradora y hasta una empresa de transporte de valores. Sin contar el predominio militar en la distribución y control de alimentos, así como su poder en minería y petróleo: el mayor general Manuel Quevedo es el El ministro de Petróleo y Minería, cargo que ejerce simultáneamente con el de presidente de Pdvsa, la estatal petrolera.
Para Buttó, las sanciones solo afectarían a las empresas militares que van de cara al exterior- como las relacionadas con el llamado Arco Minero, dedicadas a la explotación del oro- en la medida en que no puedan acceder al mercado internacional. Pero cree que de alguna manera los militares están sorteando esos escollos.
La operatividad militar sigue su marcha
El analista militar estima que tampoco ha habido cambios en la relación entre los proveedores de armas y el Estado venezolano. Sostiene que en las últimas décadas el país pasó a ocupar el puesto número 17 entre los mayores importadores de equipos bélicos. “Hay dinero de por medio y ese dinero se va a cuidar para que siga generando rédito”.
Explicó que Venezuela es el quinto mercado más importante para Rusia. “Es tonto que la Federación Rusa va a dejar que se le escape este mercado, tampoco los chinos”, agrega.
Afirmó que, además de ser el cuarto mercado de mayor importancia para China, Venezuela ha sido “territorio de prueba” para el armamento que viene del gigante asiático. Citó como ejemplo los vehículos de control público: las llamadas “tanquetas” usadas para contener las protestas de 2014 y 2017. Dijo que se trata de prototipos para los cuales Venezuela fue el “escenario de prueba” para verificar su efectividad, hacer las correcciones y pasar a venderlos en otros mercados.
Luis Alberto Buttó sostiene que la importación de armamento que ha hecho Venezuela se ha reducido en 80%, pero atribuye esa caída a la realidad económica debido al fracaso del modelo económico impuesto por el chavismo, no por las sanciones.
Según su criterio lo que si tiene un impacto enorme sobre el país es el llamado decreto Obama, que considera a Venezuela una amenaza para la seguridad de EEUU, que sigue en vigente. “Si de algo debería estar preocupado el Estado venezolano, el gobierno venezolano, es más, si de algo deberíamos estar preocupados los venezolanos es que nuestro país haya sido calificado por la única gran superpotencia militar del mundo como una amenaza para su seguridad. Es un hecho nada baladí”.