Transparencia Venezuela, 22 de julio de 2024. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) alertó sobre el efecto amedrentador que las palabras del candidato presidente Nicolás Maduro emitió recientemente en un mitin político en Caracas, apelando a la estrategia del caos.
“Si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida producto de los fascistas, (el 28 de julio) garanticemos el más grande éxito, la más grande victoria de la historia electoral de nuestro pueblo”, aseguró.
Y acto seguido agregó: “Este pueblo debe saber que al frente está el fascismo (…) Guarimba o paz, guerra o tranquilidad, colonia o patria, odio o amor, intolerancia o entendimiento”.
“Este tipo de discursos por parte de la máxima autoridad del Estado y de las fuerzas de seguridad tiene como efecto amedrentar y coartar la libertad política del electorado”, denunció la CIDH, organismo adscrito a la Organización de Estados Americanos (OEA).
La CIDH también advirtió que comentarios como los que realizó Maduro el pasado 18 de julio, durante un acto de campaña en Caracas, generan dudas respecto a que el venidero proceso comicial sea en realidad una elección donde los venezolanos puedan escoger entre candidato y otro.
“Estas afirmaciones generan dudas sobre la eventual trasmisión de mando ante la posibilidad de un resultado favorable a la oposición”, advirtió.
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Al estilo de Hugo Chávez
Esta táctica ya fue empleada en varias ocasiones por el anterior mandatario, el fallecido Hugo Chávez. “A la clase media venezolana que me oiga, nosotros somos garantía de paz”, afirmó en marzo de 2012, justo a las puertas de otro proceso electoral ().
En lo que va de campaña desde el Gobierno y el Consejo Nacional Electoral (CNE) se ha exigido a la oposición, en particular al sector que respalda al candidato Edmundo González Urrutia, que acepte respetar los resultados. Sin embargo, hasta el momento desde el oficialismo prácticamente nadie se ha paseado por la posibilidad de una derrota.
Uno de los pocos ha sido el gobernador del Táchira, Freddy Bernal, aunque dejó en claro que desde el primer momento buscarían entorpecer la función de una eventual administración opositora.
“Un gobierno de la derecha no aguantaría un año. Nosotros en la oposición, con la Asamblea Nacional, 20 gobernaciones, 220 alcaldías y el poder popular”, dijo Bernal.
“Yo me imagino cómo será Freddy Bernal en la oposición, cómo será la dirigencia nuestra en la calle, peleando por los derechos del pueblo contra un gobierno fascista. No nos aguantan un año, van a tener que renunciar. Pero eso es una pesadilla que nunca va a ocurrir», agregó.
Más recientemente el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, aseguró que un eventual triunfo opositor implicará la eliminación de la milicia y la supresión de los beneficios sociales creados en estos 25 años.
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“Van a privatizar las pensiones (…) de un plumazo (borrarán) todos los mecanismos de protección a los abuelos y abuelas, una tal (María Corina) Machado o (Henrique) Capriles o (Leopoldo) López dirán que son dueños de 300 pensionados, imagínense ustedes, hasta buscan esclavizar a los abuelos”, afirmó Rodríguez.
A lo largo de las últimas dos décadas el chavismo ha demostrado poco respeto por la voluntad popular. Así en 2008 tras perder varias gobernaciones y la extinta Alcaldía Metropolitana de Caracas, el oficialismo optó por despojar mediante leyes a esos organismos de potestades y de recursos.
Años después creó la figura de los “protectores de Estado” para que fungieran casi como gobiernos paralelos. Y, más recientemente, al perder el control de la Asamblea Nacional en 2015 con el respaldo del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) bloqueó al Poder Legislativo y lo despojó de funciones.